martes, 12 de junio de 2007

PARABOLA DEL HIJO PRÓDIGO (DE PADRE SOCIALISTA)



“En aquél tiempo, existía un hombre llamado Zapatán que tenía una próspera hacienda. Tenía, además, un hijo llamado Mariánidas, y ambos trabajaban duramente para que la hacienda progresara.


Pero un día, una prostituta llamada Uta se cruzó en el camino de Zapatán. Y Zapatán, que siempre había flojeado en ese aspecto, se fue con ella, y dejó de trabajar en la hacienda. Y Mariánidas, que continuaba trabajando, recriminó a Zapatán, que hizo oídos sordos. Y Uta convenció a Zapatán de que le correspondía una parte de la hacienda, y Zapatán comenzó a hacer gestiones en ese sentido. Y Mariánidas trabajaba y criticaba duramente a Zapatán por poner en peligro la hacienda, lo que provocaba recriminaciones aún más feroces por parte del resentido Zapatán. Y Uta tenía unos hijos que habían sido expulsados de la hacienda por su comportamiento criminal, y ahora convenció a Zapatán de que los readmitiera. Y de este modo, los hijos de la gran Uta volvieron a administrar la hacienda. Y Mariánidas se quejaba de todo esto y trabajaba.


Y un día Uta abandonó a Zapatán, que quedó desolado. Y habiéndose quedado solo, miró a Marianidas, que continuaba trabajando. Y así permaneció huraño durante un par de días hasta que, finalmente, Zapatán decidió dar una fiesta. Y convocó a sus amigos, y ordenó matar a un cabrito cebado, y les dijo “Sirva esta comilona para celebrar que mi hijo estaba perdido y ha sido hallado, y ahora volvemos a estar juntos” Y Mariánidas escuchaba todo esto con gesto de estupor. Sin embargo, algunos pudieron ver que, mientras hablaba Zapatán miraba disimuladamente, con profunda nostalgia, un camafeo de Uta que siempre llevaba consigo.”