Para los que no lo conozcan, se trata de un programa de Tele 5 en el que compiten dos grupos de concursantes: el primero está compuesto por personas más o menos guapas y el segundo por personas supuestamente alfabetizadas. La simetría no es total porque, si bien los concursantes guapos suelen serlo, la condición de culto parece conseguirse por haber oído hablar alguna vez de Cervantes. A partir de ahí, el concurso se dedica a humillar a los miembros de ambos grupos. A los guapos les hacen preguntas sorprendentemente fáciles de cultura general, que se ven incapaces de responder, y a los cultos, los obligan a realizar pruebas físicas embutidos en monos que les hacen parecer espermatozoides obesos. Entonces nos damos cuenta de que los guapos no han sido escogidos por ser tales, sino estúpidos, y de que el requisito necesario para haber sido incluidos entre los cultos no es su erudición sino su gordura. El mundo, al final, no queda dividido entre guapos y listos, sino entre ignorantes y feos. Y, aparentemente como consecuencia de este descubrimiento desolador, los concursantes reciben descargas eléctricas.
